Garner (1981) plantea abordar la crítica de una manera constructiva siguiendo una serie de pasos:

1 Pedir detalles. Cuanto más especifico mejor: Quien Como Cuando y Donde.

2 Estar de acuerdo con la crítica. Hay dos clases de expresiones de acuerdo….

3 Estar de acuerdo con la verdad. Aceptar aquella parte constructiva de la critica y filtrar las conclusiones con las que nos hallemos en desacuerdo.

A menudo parte de lo que nos dicen es cierto. Eso no es lo dañino, no es lo que tenemos que filtrar. Tenemos que tener cuidado con las generalizaciones (Nunca, siempre…) o cuando la crítica se dirige a nuestra persona y no hacia nuestra conducta. Son las conclusiones y no los hechos lo que puede ser más peligroso en una crítica. Estar de acuerdo con el derecho del crítico a tener una opinión es la actitud idónea frente a las criticas.

Procedimientos defensivos

Los procedimientos defensivos se suelen emplear cuando tratamos de rechazar algo, de defendernos del otro individuo (defendiendo nuestro espacio, nuestro tiempo, etc.) o, en general, de interrumpir un patrón de interacción destructivo e injusto, reemplazándolo por una comunicación justa y mutuamente respetuosa.

Cuando las habilidades de defensa se utilizan por primera vez, es probable que el receptor de esta interacción se sienta más o menos frustrado por no ser capaz de influir sobre nosotros de la manera deseada. En este caso es probable que la comunicación termine con cierta rapidez. Pero este corte en los canales de comunicación es sólo temporal, normalmente, y es probable que la interacción se transforme en otra más equitativa, si la otra persona es capaz de reconocer que somos capaces de defender nuestros derechos y protegernos a nosotros mismos.

DISCO RAYADO

A continuación algunas de las pautas básicas para tener en cuenta con esta técnica:

  • Este procedimiento se suele emplear para rechazar una petición poco razonable o a la que no queremos acceder.
  • Es una Técnica que, mediante la repetición serena de las palabras que expresan nuestros deseos, una y otra vez, enseña la virtud de la persistencia, sin tener que ensayar argumentos o sentimientos de ira de antemano, con el objeto de “calentarse” con miras al enfrentamiento con los demás.
  • A efectos clínicos: Esta técnica nos permite sentirnos a nuestras anchas e ignorar las trampas verbales manipulativas, los cebos dialécticos, la lógica irrelevante, sin apartarnos del punto en el que deseamos insistir.
  • Es importante repetir una y otra vez lo que queremos, sin enojarnos, irritarnos, ni levantar la voz, acabando las frases siempre con nuestro objetivo.
  • Intentar Darnos permiso para no justificarnos, si es eso lo que queremos. Breve y directamente (“No, no me parece buena idea”, “Lo siento pero no te lo dejo”). La importancia de no dar justificaciones reside en evitar de esta forma argumentos en los que pueda basarse la otra persona.
  • Se puede dar la verdadera razón: (“No te dejo mi camiseta porque quisiera que estuviese limpia para el fin de semana”).
  • Mantenernos en nuestro objetivo. Esto facilita el llegar a un acuerdo, mejorando la relación o al menos no empeorándola.
  • Es importante la práctica para conseguir espontaneidad y soltura, sin alteraciones emocionales

Tratamiento de la fobia social

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