Mi infancia no son recuerdos de un patio de Sevilla, como decía Machado. Mi infancia es más urbanita, y estaba llena de tebeos. Y de entre todos los comics, los de superhéroes se llevaban la palma. Crecí con Superman, Spiderman, la patrulla X, Hulk, los cuatro fantásticos…, y sospecho que un porcentaje bastante grande de prepuberes y adolescentes, compartían esa afición conmigo, ya que si no, no se explicaría, ese auge del cine de superhéroes, donde estoy seguro, la gente que habitamos en la treintena, componemos una parte fundamental del target. Se que suena poco original, pero me leí el señor de los anillos mas de cuatro veces, y por supuesto, casi todos los años me hago un visionado de los capítulos cuatro, cinco y seis de la guerra de las galaxias, privilegio que solo comparte la trilogía del padrino.

Siempre me han interesado los cuentos y las leyendas, tengo recopiladas historias irlandesas, danesas, inglesas, españolas, leyendas africanas, árabes… Me fascina como a través de los mitos los humanos tratamos de explicarnos que hacemos aquí, y como esta estructurada nuestra sociedad y nuestra historia. Nos atraen los cuentos y los buenos relatos porque nos ordenan, y dan cierto sentido al caos que nos rodea. Citando a León Felipe:

“Yo no sé muchas cosas, es verdad
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto: que la cuna del hombre la mecen con cuentos…
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos…
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos…
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos…
Y que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos.

Yo no sé muchas cosas es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos…
Y sé todos los cuentos.”

 

Joseph Campbell es una de las figuras mas interesantes dentro del tema que nos ocupa. George Lucas, el creador de la guerra de las galaxias, y otros muchos, han utilizado sus teorías, como base para la creación de sus universos de ficción. Campbell se dedico a estudiar como los mitos en los seres humanos, tenían una función que va mucho más allá de lo lúdico. Por ejemplo, tras un detallado estudio se dio cuenta que las historias que se cuentan en las diferentes culturas siguen un esquema común, existiendo temas similares, e incluso idénticos, en la mayor parte de ellas. Campbell estaba muy influenciado por Jung, quien había propuesto el tema de los arquetipos en el inconsciente colectivo. Por poner un ejemplo, casi todas las mitologías hablan de un paraíso y de un infierno, o de una concepción inmaculada.

Con respecto al tema que nos ocupa, no hay cultura en la que no se halla hablado de la figura del héroe, y no exista algo común a casi todos los héroes de las diferentes historias. Los arquetipos, dibujan una especie de memoria biológica común (como muy bien define, mí adorada wikipedia), y la teoría del inconsciente colectivo nos viene a decir, que existe un lenguaje común en todos los seres humanos, independientemente de la época, cultura o lugar, y que se manifiesta mediante un lenguaje simbólico, que va más allá de toda razón.

El mito del héroe, como buen arquetipo, lleva apareciendo en la historia de la humanidad desde su inicio. Gilgamesh, las sagas escandinavas, las leyenda homéricas, o el mito artúrico, son claros referentes del mito del héroe. Y se da el hecho de que existan una serie de pasos comunes en todos ellos, claro, que no todos los mitos atraviesan por todas las etapas.

¿Sigue estando vigente esta figura en nuestra cultura? Ya vemos que si, la figura del héroe sigue estando en nosotros, y condiciona de manera importante nuestra forma de ver el mundo. Por supuesto que las características de este, varían de una cultura a otra, pero en esencia, es algo que sigue moviéndonos por dentro.

¿Qué tiene que ver esto con las personas con las que trabajamos? En cualquier proceso psicológico, y mas cuando tratamos de problemas que están limitando la vida de los individuos, asumir la figura del propio héroe, y la incorporación del acto heroico, son puntos fundamentales, a partir del cual se vertebra el tratamiento.

Muchas de las personas con las que trabajamos, están mucho más preocupados en evitar la ansiedad, que en enfrentar el miedo. Una de las fases, según Campbell, se da cuando el héroe rechaza la misión, y procura prolongar su existencia pacifica, de antes de la aparición del problema, rehuyendo la misión que se le pone delante. Se le dice, de alguna manera, y como ya he escrito en algún articulo, que es el portero ante el penalti, que el gol lo van a meter en su portería, y que nadie mas va a pararlo. He comprobado como muchas madres, que por ejemplo, no podían permanecer en un hospital, debido a alguna fobia, han permanecido estoicamente, si tenían que ingresar a los hijos, por algún problema. Sin embargo cuando consideraban que ya no eran necesarias, la ansiedad, y el miedo volvían. Se habían olvidado momentáneamente, porque tenían el traje de superheroina puesto.

Mientras no se tiene esa conciencia, una parte importante de las capacidades de las persona están destinadas a manipular el ambiente, para no establecer contacto con aquello que nos da miedo, a esquivar aquello que se me ha puesto delante.

¿Se acuerdan del famoso caso de Kitty Genovese?. Genovese fue asesinada en un aparcamiento de Queens (Nueva York), a la vista de 38 testigos (según el New Cork times). El asesino huyo tras asestarle dos puñaladas, debido a los gritos de esta, pero le dio tiempo a volver diez minutos mas tarde, agredirla sexualmente y robarla 49 dólares, ante la pasividad total de los vecinos. Incluso según algunas versiones, el asesino le da tiempo a volver una tercera vez. Lo más impactante es que nadie había llamado ni siquiera a la policía. ¿Qué nos dice esto?. Los psicólogos John Darley y Bibb Latane estudiaron el caso minuciosamente, y desarrollaron una teoría sobre la dilución de la responsabilidad basada en lo que se conoce como Efecto espectador, que resumiendo mucho quiere decir que en situaciones de emergencia, la responsabilidad se diluye cuando hay varias personas, ya que todos piensan que el otro es el que “parara el gol”.

Parece vital, por tanto el lugar desde el que visiono un problema, ya que va a influir seguramente en mi forma de afrontarlo. Si vivo lo que me ha ocurrido como una simple maldición que me persigue, entonces poco puedo hacer más que resistir. Sin embargo, si soy consciente de que lo que me ha ocurrido no es final de nada, sino el principio de algo, mi actitud a la hora de enfrentarme a este problema será otra muy distinta, y la forma de experimentarlo también. Por mucho que pataleemos, la vida presentara dificultades, nos guste o no. La tendencia a horribilizar el problema esta detrás de la paralización con la que se viven estos conflictos. Y la creencia de que no puedo soportarlo, también. Todos sin excepción, tenemos una buena historia que contar, pero hemos de asumir nuestro papel de protagonistas en la historia.

Tratamiento de la fobia social

¿Quieres recibir más información sobre nosotros?. Rellena el formulario de contacto.

[contact-form]