William Hearst amasó una enorme fortuna con los periódicos. Hearst y Pulitzer fueron los creadores del periodismo moderno, y ambos mantuvieron una encarnizada batalla por la audiencia durante toda su vida.

Empezó dirigiendo el » San Francisco Examiner» exagerando titulares, comprando a los periodistas de la competencia e inventando rumores, llegando así a tener el periódico mas leído de la ciudad.

Orson Welles basó su película » Ciudadano Kane» en la vida de Hearst. El argumento gira en torno a Kane, un magnate multimillonario que, en su lecho de muerte, solo alcanza a decir una ultima palabra: Rosebud. Un periodista investiga que era lo que había querido decir, y a partir de ahí transcurre la pelicula. ¿Rosebud era el nombre de su siguiente proyecto, de alguna mujer… En definitiva ¿qué significaba Rosebud en la vida de uno de los hombres mas poderosos de la tierra?. Finalmente se descubre que Rosebud era el nombre de un trineo que el tenía cuando era un niño y jugaba con los otros niños. Todas las cosas del mundo y todo el dinero del mundo no le habían dado lo que mas ansiaba en el fondo…el afecto. Kane era admirado y odiado pero no se había sentido querido ni había sabido querer.

Ambrose Bierce fue uno de los periodistas mas brillantes de su tiempo. Alcanzo fama y fortuna trabajando para Hearst. Era brillante, afilado, observador y con un pulso narrativo extraordinario. También fue muy admirado, aunque su vida personal fue desastrosa, como Hearst. Al final de sus días decidió que todo lo que había escrito no había servido para nada más que enriquecer a Hearst y aplacar a su ego. Así que cruzó la frontera con México después de hacer una hoguera con todos sus libros. La ultima noticia que tenemos de el es que estaba luchando en el ejercito de Pancho Villa. Se sabe que dejo esta nota escrita antes de cruzar la frontera:

«Adiós. Si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en México. ¡Ah, eso sí es eutanasia!».

Carlos fuentes escribió en 1985 la novela gringo viejo que contaba la historia de Bierce.

Los gringos se pasan la vida cruzando fronteras, las suyas y las ajenas», dijo el coronel Frutos García. Pero este gringo había cruzado el río Grande porque ya no tenía fronteras que cruzar en su propio país. «Hay una frontera que sólo nos atrevemos a cruzar de noche: la frontera de nuestras diferencias con los demás, de nuestros combates con nosotros mismos», había dicho el gringo viejo. Alto, flaco, de pelo blanco, ojos azules, tez rosada y unas arrugas como surcos de maizal, allí estaba el hombre que venía a morir violentamente a manos de otros, porque lo prefería así, antes que morir de decrepitud o por sus propios medios, como lo habían hecho sus hijos. Quería ser un cadáver bien parecido, y la tropa revolucionaria lo recordará oliendo a colonia, piel rasurada: su última vanidad o el ansia de cumplir el último sueño americano. Con su Colt 44 demostró que aún quedaban restos del que fue general en el noveno regimiento de voluntarios en la Guerra Civil Norteamericana, y el general Arroyo no tuvo más remedio que aceptarlo en su tropa. En el vagón privado del general Arroyo, el gringo superó con la paciencia de sus antepasados protestantes su arrogancia, al tiempo que frenaba un sentimiento: el afecto paternal que le inspiraba».

Tratamiento de la fobia social

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