Adolescencia y Fobia social

La timidez es un rasgo de nuestra personalidad que  poseemos en mayor o menor medida y que se muestra de forma más notoria en determinados tramos o etapas de la vida. Es una sensación de impotencia para actuar, hablar, relacionarse o desenvolverse en presencia de alguien (un igual o adulto) o en un determinado contexto (colegio, instituto , reuniones sociales, etc).

Afecta a la relación con los demás, ya que se muestra inseguridad en el intercambio con los iguales en distintos ambientes (trabajo, colegio, reuniones etc), con los problemas que de ello se derivan (aislamiento, escaso rendimiento académico, problemas de conducta, conductas disruptivas…).

 

Es necesario distinguir entre timidez (dificultad a la hora de relacionarse socialmente con los demás) de la introversión (ausencia de necesidad de la relación social o el contacto con otros).

Muchas veces de esta dificultad se pueden derivar problemas de ansiedad (por el miedo al ridículo, a hablar en público, a conocer gente nueva, a relacionarse en general,…), de fobia social, académicos, trastornos alimentarios, trastornos de conducta o conductas disruptivas, etc.

Características en esta etapa

  • Falta de seguridad en uno mismo, distorsión en la valoración tanto de los otros como del ambiente,
  • Miedo al error o al fracaso, a mostrarse vulnerable.
  • Excesivamente crítico y rígido con uno mismo.
  • Excesivamente perfeccionista.
  • Agresividad (uso de la agresividad como escudo de la vulnerabilidad que presenta uno mismo).

El grupo más afectado suele ser el de los adolescentes aunque su inicio es la segunda infancia (entre los 5 y 7 años). En el caso de los primeros se hace más consistente y sistemática (fallos más evidentes en el contexto social).

Suele verse agudizada porque la adolescencia es un período de cambio y /o transición con lo que todo esto conlleva:

1. Cambios hormonales que suelen producir aumento de la vergüenza y de la irritabilidad (inestabilidad y labilidad emocional).

2. Cambios físicos del propio cuerpo que provocan inseguridad y problemas de aceptación (¿Quién soy?).

3. Cambios en los roles sociales (se pasa de la etapa de niño a preadulto), cambios en normas y exigencias, tanto parentales como educacionales.

La problemática más evidente suele ser en las relaciones con los demás y muchas veces centrada en el sexo opuesto (falta de confianza en sí mismo, miedo a hacer el ridículo o que se rían de uno, vergüenza) y que puede afectar no solo al entorno familiar sino también al escolar (relación con el profesorado, interacción social en el centro, aislamiento, bullying).

La expresión o manifestación de la timidez depende tanto de factores genéticos/endógenos (introversión) como de factores aprendidos /exógenos (aprendizaje, el modelo de los padres etc). La mayoría de los especialistas aducen causas aprendidas, tanto del entorno familiar (padres, hermanos) como situaciones (evaluadas como negativas o estresantes).

¿Cómo abordarlo?

El modelo de Filia-Social se ha adaptado también para trabajar con niños y adolescentes, ya que hemos ido descubriendo en nuestro trabajo con adultos la enorme importancia que tiene la terapia en estas etapas. El trabajo es esencialmente individual y se complementa con el asesoramiento a los padres. El trabajo con la autoestima y la autoaceptación desde edades tempranas ayuda enormemente al establecimiento de relaciones sanas con el entorno y consigo mismo.

Somos especialistas

En Filia-Social Adolescencia tenemos profesionales especializados. En Filia-Social atendemos la particular problematica que representa este periodo vital. Aunamos nuestra amplia experiencia en el tratamiento de este trastorno con profesionales especialmente dedicados a trabajar con adolescentes y un programa terapeutico novedoso y eficaz.

Tratamiento individual y grupal

Trabajamos de forma individual y grupal, siendo esta segunda modalidad idónea para trabajar aspectos como entrenamiento en habilidades sociales, hablar en público y aprender a relacionarse en grupos.

Intervención temprana

En Filia-Social sabemos que un tratamiento temprano ahorra muchos de los sufrimientos que encontramos más adelante en nuestros pacientes adultos, ademas de facilitar el desarrollo de una vida plena y feliz.