Dicen que el mayor triunfo del diablo siempre fue hacernos creer que no existía, y una premisa básica para caer en las redes de la manipulación es la de pensar que no somos manipulables. Una de las grandes falacias que los seres humanos seguimos manteniendo es la de creer que nuestras decisiones están basadas en un criterio basado en los dictados de la razón. Lo irracional es creer que somos siempre racionales.
Darwin tenía una mente tan analítica que incluso el amor en su vida era vivido como una cuestión científica. Cuando volvió de su épico viaje a bordo del Beagle, con el que sentó las bases para su teoría de la evolución en 1836 Darwin se planteaba que hacer con su vida… ¿Buscaría una mujer para casarse o escogería la soltería para favorecer su dedicación exclusiva a la ciencia?. El científico elaboro una lista en dos columnas estableciendo los pros y contras de cada elección, algunas de sus decisiones fueron.
Darwin concluyo que aunque el matrimonio tenía cosas buenas, ¡racionalmente era más ventajoso comprar un perro!. Y esto fue todo lo que tuvo que decir acerca del matrimonio.
Sin embargo semanas más tarde su cerebro le jugaría una mala pasada. Cuando conoció a su prima hermana Emma Wedgewood, Darwin se enamoró perdidamente, a pesar de haber decidido concienzudamente que el matrimonio no iba con él. Emma se convirtió en el gran amor de su vida y con ella tuvo nada menos que 10 hijos. Al cabo de los años, incluso escribió un libro en el que trató de explicar con ojos de científico tal misterio, el misterio del amor.
En 1978, la comunidad liderada por Jim Jones afincada en la Guyana, perpetro uno de los suicidios colectivos que más repercusión tuvieron en el siglo XX. Aproximadamente 914 personas perdieron la vida ingiriendo mosto mezclado con cianuro, 211 eran niños. Los padres envenenaban a sus hijos antes de beber aquel mortal brebaje. Jim Jones era una suerte de nuevo Mesías que había logrado que sus seguidores se quitasen la vida, y supuestamente nadie les había apuntado con una pistola en el pecho.
¿Cómo es posible que tanta gente abandonase todo lo que tenían para irse a la selva y cometer esa locura? ¿Qué tipo de fuerzas operan en la manera en que procesamos las relaciones humanas que son capaces de saltarse cualquier control racional e incluso el instinto de supervivencia?.
En próximos post intentaremos desvelar como ninguno estamos exentos de ser manipulados, y como la manipulación está presente de un modo u otro en nuestras vidas de una manera constante. La mejor arma que tenemos contra ella es saber que existe. Pues quizás conociendo sus mecanismos podamos armarnos contra ella.
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