Las técnicas de inervación vagal son sencillos métodos de estimulación del nervio vago (neumogástrico), que tienen el objeto de estimular el sistema parasimpático, con el fin de reducir las sensaciones en las personas que padecen ansiedad. El nervio vago nace del bulbo raquídeo e inerva la faringe, el esófago, la laringe, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago el hígado y el diafragma.
Hemos comprobado que es especialmente útil en personas con miedo a sensaciones muy específicas, como la taquicardia. Estas técnicas pueden llegar a reducir la tasa cardiaca en situaciones donde la ansiedad haya aumentado la frecuencia de las pulsaciones. No es recomendable, sin embargo, para personas que tengan la tensión baja, y que hayan desarrollado una aprehensión a la sensación de desmayo. Las técnicas más recomendadas, están recopiladas por Arturo Bados, y son, a saber:
a) Presionar sobre un ojo durante la respiración controlada, en el momento en que estas soltando el aire.
b) Masajear la carótida.
c) Tensar los músculos abdominales e intercostales después de una
inhalación profunda, como si estuvieses estreñido.
d) Hacer una espiración forzada con la boca y la nariz cerradas. Esto
Último se consigue apretando la nariz con los dedos y haciendo como se expulsa el aire, pero sin abrir la boca. No se recomienda hacer esto si se está acatarrado, ya que podría propiciarse una infección de oídos.
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