El arte de la guerra fue escrito hace mas de dos mil años y aun se estudia en academias militares como West Point, pues la guerra moderna se sigue ciñendo a sus principios. Sun Tzu era una suerte de Maquiavelo oriental, un estratega nato que plasmo su estrategia en el campo de batalla con este magnífico tratado a finales del periodo llamado primaveras y otoño en el cómputo chino. En Occidente Sun Tzu empezó a tomar especial relevancia durante las guerras del Vietnam y Corea. El general Võ Nguyên Giáp, el cerebro militar detrás de las victorias sobre las fuerzas francesas y norteamericanas en Vietnam, fue un apasionado estudiante y practicante de las ideas de Sun Tzu. La derrota estadounidense en este conflicto, más que ningún otro hecho, atrajo hacia Sun Tzu la atención de los líderes militares americanos.

Todo fóbico lleva un guerrero dentro, por mucho que le cueste creerlo, y a través de la relación con ese guerrero podemos encontrar nuestra fuerza para sobreponernos al temor. El autor del arte de la guerra nos plantea que no siempre hemos de ganarla por la fuerza bruta, con el precio del desgaste, sino a través del la estrategia, la paradoja y la sutileza.

Sun Tzu dice: “El que conoce al otro y se conoce a sí mismo, no pondrá la victoria en peligro. El que conoce la tierra y conoce el cielo, tendrá la victoria completa». Esto es, nos quedamos siempre a las puertas del miedo sin contactar con el, y no lo descubrimos ni lo conocemos, tan solo buscamos que no este, y eso impide mi conocimiento del mismo. Lo que desconocemos se nos torna mas imprevisible y amenazante.

Sun Tzu dice: “El empuje del agua que zarandea las rocas. Esa es la energía”. Uno es suave con uno mismo y se centra en fluir. El aprendizaje de una técnica hace que uno sea rígido y brusco en un principio, luego parece que no cueste esfuerzo, el movimiento suave es efectivo porque aprovecha la inercia natural de las cosas, va a favor, y no en contra. No siempre sentirás lo mismo, ni el mismo miedo, ni te encontraras de la misma manera.

Sun Tzu dice: “Antaño los hábiles se hacían en primer lugar invencibles y después aguardaban la fragilidad del enemigo” , “Yo estoy concentrado y, por lo tanto, soy uno”. A menudo cuando nos encontramos en la situación fóbica estamos divididos. Dentro de la fobia se enmarca la sutil frontera entre el temor y el deseo. Me gusta pero temo viajar, querría acercarme a aquella persona pero temo ser rechazado, deseo ser libre pero temo la equivocación si elijo sin coacciones. Ese es precisamente el caldo de cultivo donde puede crecer el acto fóbico. Es importante ordenarse y estar concentrado hacia una misma dirección… Deseo viajar y además me da miedo, deseo acercarme y además temo ser rechazado. Ahora las sentencias no suenan igual ¿Verdad?. La personalidad fóbica no puede organizarse porque no va hacia ningún sitio, ya que constantemente huye para evitar,y en esa evitación no hay una elección, no hay libertad. Primero elige hacia donde, lo demás ya lo resolverás.

Sun Tzu dice: “Del mismo modo que el agua establece su movimiento de acuerdo con la tierra. El ejército establece la victoria de acuerdo con el enemigo. El ejército no tiene un shih establecido ni forma duradera. Ser capaz de transformarse con el enemigo es lo que quiere decir etéreo”. No todos los obstáculos que encontraremos en el camino se pueden salvar de la misma manera. Hay que agacharse en las grutas sinuosas y saltar para salvar los precipicios. No es lo mismo la cola de un supermercado que un ascensor, o un auditorio. Como el agua se adapta a los diferentes recipientes yo me puedo adaptar a las diferentes situaciones.

“Posicionar el ejército y escrutar al enemigo…Mira un terreno seguro y toma una posición elevada. La batalla colina abajo. No asciendas. En eso consiste posicionar el ejército en las montañas». O lo que es lo mismo, el árbol a menudo nos impide ver el bosque. Debemos tomar perspectiva para continuar o nos desgastaremos inútilmente, enfrentar el miedo no consiste en entrenar la angustia, y a menudo la espada ya no corta porque no esta afilada, por mucha fuerza que empleemos en asestar el mandoble.

“Prohíbe los augurios, quítales las dudas y hasta dejaran de considerar la muerte como una gran desgracia”. El miedo es mucho mas intenso antes de contactar con la situación temida, y a menudo la batalla esta ganada antes de comenzar. Los augurios no existen, tan solo nuestros actos, las profecías adivinan lo que quiere adivinar uno de ellas. A menudo pensamos que por pensar en que algo va a ocurrir, sucederá, y no somos conscientes de como llegamos a realizar las elecciones y cual es la responsabilidad de nuestro destino.

La lectura del arte de la guerra puede resultar inspiradora para aquellos que se adentren en sus secretos, así que no descartes que Sun Tzu nos visite más veces a este blog.

Tratamiento de la fobia social

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